Oración:

¡Oh valiente soldado romano,

que atendiste oportunamente el llamado de Dios,

interceded por mí, ante Jesucristo el redentor

y concédeme tu protección.

Ayúdame a fortalecer mi coraje,

a tomar decisiones acertadas y oportunas

a no dejarme influenciar por nada ni nadie,


como lo hiciste tu, cuando pisoteáste el cuervo

que os quería manipular.

San Expedito, dígnate en escucharme,

por la fe que os profeso, atiende mi plegaria,

y concédeme la gracia,

de convertirte en el perpetuo Socorro

de mi alma atribulada, de mi agobiado corazón

Pues tú, oh glorioso guerrero,

que conoces bien el dolor,

tienes la virtud de solucionar nuestras dificultades,

con mucha celeridad

por grandes e imposibles que parezcan.

Santo mártir, abogado de las causas justas,

ayúdame a vencer cada uno de los obstáculos

que en mi andar pueda encontrar,

librando siempre la batalla, ante cada adversidad

ten misericordia de mí y hazme levantar

San Expedito, gran combatiente

por mi bien, requiero vencer cada vez

por tanto te imploro que me des tu mano,

no me dejes sólo, es lo que yo clamo.

Amén